En el decanato de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), se concretó una significativa firma de convenio entre esta institución y el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF Región NOA), dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). La colaboración busca potenciar la producción agrícola local y asegurar la transferencia de tecnología y productos a la industria regional.
A la ceremonia asistieron el Decano de la Facultad de Ingeniería, Ing. Luis Alejandro Vargas, el Secretario Académico, Ing. Julio Tentor, junto con el investigador y docente Dr. Manuel Oscar Lobo y el equipo de laboratorio de la facultad. En representación de IPAF y del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (CIPAF), estuvieron presentes la Mag. Lic. Florencia Lance, la Ing. Agr. Gabriela Faggi (directora del IPAF Región NOA), Pamela Acosta (Secretaria del CIPAF), y Ricardo Arcia, consejero de los productores de Entre Ríos.
El convenio establece una alianza estratégica para promover la producción de alimentos con identidad genética y asegurar su transferencia tanto a la industria local de la provincia como a empresas interesadas en su comercialización. También promueve el intercambio de materiales y recursos entre ambas instituciones, con miras a fortalecer los proyectos de investigación en curso.
En conversación con el Dr. Lobo, responsable de los proyectos a realizar, explicó que el acuerdo permitirá a la Facultad de Ingeniería acceder a instalaciones del IPAF donde se producirán alimentos con características propias, tales como variedades de maíz, papa, quinua y amaranto. "En el IPAF, podremos asegurar la identidad de estas especies desde su identificación primaria, y luego, en los laboratorios de la Facultad, transformarlas para fines comerciales", señaló. Además, destacó la presencia territorial del IPAF y su conexión con productores, lo cual facilitará el acceso a los productos agrícolas que necesitan. En reciprocidad, el IPAF tendrá acceso al laboratorio de la Facultad, maximizando los recursos y capacidades de ambas entidades.
El Dr. Lobo agregó que ya se iniciaron trabajos con papas andinas, maíces y, próximamente, con porotos andinos, muñas y albahaca. "Estos desarrollos permitirán no solo avances en la investigación científica, sino también en la producción de alimentos listos para ser transferidos a la industria local. Actualmente, estamos trabajando en productos como mayonesa vegana, alimentos fermentados y germinados, destinados a la transferencia tecnológica", afirmó. A su vez, estos desarrollos integran tesis de grado y doctorado en la Facultad, impulsando la formación de futuros profesionales especializados en el área.
Tras esta alianza formal con el INTA, la Mag. Lic. Florencia Lance, directora del CIPAF, explicó que el INTA cuenta con una sede en Maimará, Jujuy, más precisamente en Posta de Hornillos, desde donde trabaja en toda la región del NOA, abarcando Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero. Señaló que desde hace años se llevan a cabo investigaciones y experimentos conjuntos, y ahora se busca formalizar esta colaboración mediante el convenio. "Este acuerdo permite formalizar una trayectoria de investigación entre la UNJu y el INTA, comprometiendo equipos de trabajo y recursos en un plan integral", destacó.
Según Lance, la investigación en cultivos andinos como la papa y las hierbas aromáticas, como la albahaca, valorará los saberes tradicionales de las comunidades indígenas y campesinas de la región. "Trabajamos en investigación participativa, donde el diálogo y el intercambio de conocimientos entre la ciencia y las prácticas locales permiten construir una ciencia inclusiva y aplicable a las necesidades locales", explicó.
El convenio no solo busca impulsar la colaboración en el ámbito académico y de investigación, sino también fortalecer la vinculación con el sector privado, permitiendo que las tecnologías desarrolladas en la FI UNJu y el INTA puedan integrarse en la producción de empresas locales. Gracias a esta sinergia, se espera un impacto positivo en el desarrollo productivo regional, promoviendo tecnologías agrícolas y alimenticias que respondan a las demandas del mercado y aseguren la preservación de la biodiversidad local.
